Wiki Historia de un Imperio
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  • Hace poco que hemos perdido el contacto con nuestras tropas. Algo grande debe estar pasando.- Kash señaló a una posición elevada en el holomapa.- La última señal nos llegó desde el monte N'bruke'm.

  • No creo que sea un obstáculo para nosotros, hermano.- Dijo el Seph, levantando la vista un momento y observando el monte N'bruke'm.- Los Seph somos fieros en la batalla, y recobraremos la victoria que teníamos entre manos.

  • Vakurus, nuestras tropas son demasiadas comparadas con ellos. Después miró de nuevo al holomapa. - Disponemos de muy pocos efectivos...

  • Lo lograremos- Afirmó Vakurus.

El mundo de Sh'hab era un Mundo Fortaleza Seph, pero estaba muy mal fortificado debido a que estaba en un borde del vasto imperio Seph. Aunque en teoría la batalla contra los Waoys no iba a ser ningún problema, ya que era una de sus dos subrazas, la robótica; llegaron los más bélicos, su subraza entregada únicamente a la batalla y no a la colonización y expansión de su pueblo.


  • Vakurus, recuerda que se presentan en su forma más bélica.- Kash acompañó esas palabras con un suspiro largo. En el lenguaje de signos Seph, un suspiro largo signifcaba: No sigas intentándolo, no sirve de nada.

  • Qué negativo eres..., Emperador Santo...- Dijo Vakurus haciendo una mirada perdida.- Para ser un hijo de Drinnu, tu negatividad llega a ser la de un hijo de Órteko. Tú y tus tropas podéis atemorizar a esos Waoys sin problema alguno.

  • ¿Y? llegarán más, y nos liquidarán.- Kash empezó a hartarse.

  • ¿Acaso dudas de la palabra del Señor de la Guerra? - Inquirió Vakurus, recobrando la compostura.

  • No, no dudo de tu palabra. Lo que ocurre es que no me convence tu plan, el de atacar por la retaguardia..., sabiendo que vendran más y acabaremos arrinconados.

Vakurus deslizó la mano izquierda suavemente sobre un borde del holomapa, y luego apoyó ambas manos en el borde de Sadus del proyector. Se quedó pensando un rato, mientras que Kash también pensaba.


  • Tengo una idea.- Dijo por fin Vakurus.- Ir nosotros a apoyar el combate.

  • ¿Qué?

  • Lo que escuchas. Ir nosotros a combatir junto a nuestras tropas.- Repitió Vakurus lentamente, separándose del borde del proyector.

  • ¡Por Drinnu! ¡éso es un suicidio!- Alertó Kash.

  • Kash 'Tarhban, por la gloria de Hár, ¿no has aprendido nada durante estos 2 millones de años?- Dijo Vakurus.

  • ¿A qué te refieres, Vakurus? La sabiduría del anterior Señor Espectral de Drinnu ha pasado a mis manos, como

actual Señor Espectral de Drinnu que soy.



  • Ya, y en ese tiempo, ¿no has aprendido que por el Emperador se da todo, incluso la vida?

  • Sí, Vakurus, sí..., pero no hace falta malgastar una vida más por salvar un mundo mal defendido que no es nada importante.

Vakurus hizo una mueca, notable, pese a la sombra facial que le producía la capa-capucha. Kash se molestó, y siguió con su argumento.


  • No, a ver, no estoy diciendo que debamos rendirnos, sólo estoy diciendo que tú y yo no tenemos por qué bajar allí abajo.

  • Cobarde... deberé bajar ahí yo sólo..., directo al Infierno.- Vakurus se estaba enfadando, y un Guardián Imperial de la Colmena enfadado no es muy bueno negociando. Kash decidió callarse, pues estaba fastidiando todo.

  • Si no vas a bajar allí, quédate aquí, y dirige a las pocas tropas restantes al suicidio junto a mí.

Por suerte para Kash, les llegó una retransmisión urgente... era Vakjala, que pedía ayuda.


  • Aquí Emperador Vakjala I`Kusovai a todos los Señores Progenitores supuestamente leales, se requiere una audiencia de inmediato en el Palacio Imperial. Es urgente, y no quiero excusas para no venir.

  • ¿Qué habrá pasado? -Se preguntó Kash, aliviado.

  • No sé... pero debe ser algo grande... me temo lo peor. -Afirmó Vakurus, con un tono temeroso en la voz.- He cogido aprecio a Vakjala y a su Imperio, y por tanto he de partir hacia allí.

  • ¿Quieres que te acompañe? Sh'hab puede caer... no es ningún punto estratégico. -Puso Kash como excusa.

  • Vale, venga. Ven conmigo a Haackunck si quieres.

Capítulo I: Audiencia[]

El Palacio Imperial era un majestuoso complejo situado en Haackunck. Disponía de murallas de Sadus de más de 400 metros en su punto más elevado, y de una defensa que tan siquiera una de las mayores construcciones Seph se podría imaginar tener. A lo alto de todo, había una Cúpula que reinaba todo el paisaje en un radio de 90 kilómetros. Allí, se debatía todo, y todos participaban.


  • Veo que sigue intacto desde la última vez que vine, no entiendo por qué te ha llamado.- Dijo Kash con un tono serio.

  • Cierto, no ha recibido ningún daño... me resulta extraño.- Dijo Vakurus, también con un tono serio.

De la muralla, las partes altas, salieron dos enormes cañones, cada uno del tamaño de una casa, que apuntaron a ambos. Kash saltó haciando una voltereta mortal hacia atrás y sacando su guadaña enorme con un grácil movimiento, y Vakurus hizo impactar su espada, la Devoracaos, contra el suelo. Los cañones empezaron a sobrecargarse, cuando se volvieron a esconder dentro. La enorme puerta de Sadus con enorme marco de diamante se abrió de par en par, dejando entrar a ambos Seph. Dentro, les esperaba Sanguinium.


  • Vaya, veo que habéis venido al final... dudaba que el Señor de la Guerra no viniese.- Dijo con un tono de leve preocupación el Alado Sanguinium. Sus alas se estremecieron, y él tembló, al pasar cerca un enorme andador de más de 45 metros de alto y 3000 toneladas.- Te hemos estado advirtiendo mucho tiempo, ¿dónde diantres, si se puede saber, estabas?

  • Sh'hab, estaba siendo asediado por Waoys... y no podíamos comunicarnos ni recibir comunicados debido a que el desliespacio y la disformidad se... tensaron.- Informó Vakurus.- ¿Cuál es el motivo de que se me haya llamado?

  • Hurtell.- Dijo convincente Sanguinium.

  • ¿Hurtell? ¿Qué ha hecho ese ahora? nunca me ha llegado a caer del todo bien.- Respondió Kash antes que mí.

  • Sí... dinos, ¿se ha perdido por ahí? - Dijo Vakurus, aún algo irritado por el comportamiento de Kash en Sh'hab.

  • No..., peor, mucho peor- Dijo Sanguinium con un tono demasiado serio.

  • Me temo lo peor.- Exclamó Kash.

Vakurus era el más alto de todos, pues Kash medía 3 metros y Sanguinium 3 metros, pero con las alas, 3 metros y medio. En cambio, Vakurus medía poco más de 4 metros y medio. Sin embargo, Vakurus era algo más pequeño que Nair Dsan, el Emperador Seph.


  • Dinos qué ha hecho ahora Hurtell.- Habló por fin Vakurus.

  • Pues... se... ha..., revelado.- Dijo cautelosamente Sanguinium.

Hurtell Ésvero era el Alto Pretoriano del Imperio de 7ima Columna, y tenía el control sobre todos sus hermanos. Los Señores Progenitores eran la obra maestra del Emperador Vakjala I`Kusovai, y dirigían el enorme imperio desde el frente. A veces, el Emperador les acompañaba, pero desde el éxito de la cruzada de Nepotes Primaris, 200 años atrás, nada volvió a ser lo mismo.


  • ¿Hurtell se ha revelado? No puede ser.- Dijo Vakurus

  • Sí, así es... ha mandado a uno de los suyos a atacar Tallarn IV, Pestilus.- Sanguinium se puso en un tono serio, como confidencial.- Panther Tha'Julen va a acudir allí a defenderlo.

  • ¿He de acudir yo? Quiero aplastar la resistencia.

  • Exactamente, tú has sido llamado a aplastar la rebelión.- Vakurus se puso más firme de lo que ya estaba. No terminaba de creerse que Hurtell se había rebelado, pues su vidente personal, Ha'friu, lo predijo.

De todos, sólo dos de los Señores Progenitores heredaron algo de la disformidad: Korvus consiguió unas alas negras de cuervo, a medida para su cuerpo de 3 metros. Sanguinium, en cambio, se ganó unas hermosas alas blancas, con un precioso aspecto angelical. De todos ellos, Sanguinium era el que tenía la posiblidad por genética de vivir más. El Emperador los había configurado para que durasen un millón de años, o poco más; pero Sanguinium fue hecho a drede para ser el más viejo de todos... excluyendo a Vakurus, claro está.

Hace mucho tiempo, la poderosa Legión de los Sumerios Modernos entabló una enemistad no hostil con los Taurinos del Inframundo de Hurtell Ésvero. Pese a ésto, durante varios siglos, ambos Señores Progenitores habían luchado juntos en muchos escenarios distintos.

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